viernes, 25 de enero de 2013

¿DONDE ESTAS?

Adversidades de la Vida


Una hija hablaba con su padre y se quejaba de la vida, lamentándose de que las cosas no le salían bien.
No sabía qué hacer para seguir adelante. Se sentía sin fuerzas y a punto de rendirse. 
Estaba cansada y harta de luchar y luchar, sin obtener ningún resultado.
Cada vez que solucionaba un problema, aparecía otro. Ya no podía más.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí tomó tres ollas con agua y las puso sobre el fuego. Cuando el agua de las tres ollas empezó a hervir, puso en una zanahorias, en otra colocó huevos y en la última granos de café.
Las dejó hervir y se quedó mientras tanto en silencio. Simplemente se limitó a sonreír a su hija, mientras esperaba a que las tres ollas acabaran su proceso.
La hija esperó impacientemente, preguntándose que estaría haciendo su padre.
Después de unos veinte minutos el padre apagó el fuego.
Sacó los huevos y los colocó en un recipiente, sacó las zanahorias y las puso en un plato y finalmente, colocó el café en un tazón.
Mirando a su hija le dijo: -Querida, ¿qué ves? 
-Huevos, zanahorias y café, respondió.
Hizo que se acercara y le pidió que tocara las zanahorias, ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, después de quitarle la cáscara, observó que el huevo estaba duro.
Luego le pidió que probara el café, ella después de tomar un sorbo, sorprendida e intrigada a la vez, preguntó: ¿Qué significa todo esto, padre?
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: “agua hirviendo”
Pero que los tres habían reaccionado en forma diferente.
La zanahoria llegó al agua, fuerte, dura; pero después de pasar por el proceso había quedado blanda y fácil de deshacer.
Los huevos habían llegado al agua siendo frágiles, su delicada cáscara protegía su interior; pero después de estar en el agua hirviendo, se habían endurecido.
Los granos de café, después de estar en el agua hirviendo, habían teñido el agua.
-¿Cuál de los tres elementos eres tú?… Cuando la adversidad llama a tu puerta… ¿Cómo respondes? 
Le preguntó a su hija.
-¿Eres como una zanahoria que parece fuerte pero cuando la fatalidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
-¿Eres como un huevo, que comienza con un corazón frágil, con un espíritu fluido, pero después de una pérdida de un ser querido, una separación o un despido se ha vuelto duro e inflexible? 
Por fuera todo sigue aparentemente igual, pero por dentro estás amargada y rígida; y tu espíritu y corazón se han endurecido.
-¿O eres un grano de café? Que es capaz de aprovechar la adversidad y lo que le causa dolor y justo cuando el agua llega al punto máximo de ebullición, es capaz de desprender su mejor sabor y aroma.
Dios quiera que seas como el grano de café, que cuando las cosas se ponen mal, tú puedas reaccionar en forma positiva, sin dejarte vencer por las circunstancias y hagas que las cosas a tu alrededor mejoren.
Que ante la adversidad exista siempre una luz que ilumine tu camino y a todas las personas que te rodean.
“Que puedas siempre esparcir e irradiar con tu fuerza, optimismo y alegría el “dulce aroma del café”, para que nunca pierdas ese olor grato que solo tú y quien es capaz de atravesar por las más duras circunstancias sabe transmitir a los demás”
 Familia - José Luis Prieto


martes, 22 de enero de 2013


La solución de Dios para los problemas de la sociedad actual es el Amor. Ese amor manifestado en forma de gestos concretos se ve muy poco hoy en día. 

Disfruta de las cosas que pueden pareces intrascendente. Un día las recordarás y reconocerás su importancia. Detente a disfrutar de las pequeñas cosas tan simples a la vista, tan sencillas pero que muchas veces no valoras... Son prendas del Amor que Dios tiene por ti.

Dios quiere que todos, sin excepción seamos felices, ese fue el principal motivo que lo llevo a morir por nosotros, su amor tan grande y maravilloso con que nos amo y nos ama. Solo por amor, para salvarnos, para que al conocerlo viviéramos siempre con Él en felicidad auténtica y verdadera. 


lunes, 7 de enero de 2013


SALVACION es una palabra bíblica. “Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13). Lo siguiente le ayudará a entender mejor el significado de esta decisión.
SalvaciónUna persona que se está ahogando grita: “sálvenme”. Una persona que está en un edificio que se está quemando grita: “sálvenme”. ¿Por qué necesito ser salvo? Porque todos somos pecadores. “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la Gloria de Dios” (Romanos 3:23). Necesitamos a un Salvador. Así que cuando usted pidió que Jesucristo viniera a su vida, él le salvó del Infierno eterno.
Seguridad¿Cómo sé que soy salvo? La salvación no se basa en un sentimiento, aunque usted puede experimentar alegría cuando sus pecados fueron perdonados y pasó a ser hijo de Dios. Su seguridad se basa en la Biblia, el libro de las promesas de Dios. Los sentimientos pueden cambiar, pero Su Palabra permanece para siempre. Cuándo usted fue salvo, Dios tocó la puerta de su corazón. Usted abrió su corazón y lo invitó a entrar. El vino a morar en forma del Espíritu Santo y estará con usted hasta que vaya al cielo. Lea 1ª. Juan 5:11-13.
VictoriaLa victoria no significa que usted nunca pecará de nuevo. Sin embargo, si usted peca, Dios tiene una provisión para que usted obtenga perdón. Cuando peca usted no pierde su salvación, pero usted puede perder su comunión con Dios. Por ejemplo; cuando usted hizo algo malo cuando era niño, no dejó de ser hijo de su padre; sin embargo, usted perdió su relación con su padre hasta que usted confesó su falta. Cuándo usted confesó, su relación se restauró. “Si confesamos nuestros pecados, El (Dios) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).
Edificar"Edificar" Es una palabra que significa reforzar y construir. Cuando usted lee diariamente la Biblia y memoriza los versículos, usted crece espiritualmente. La Biblia es el alimento espiritual para el alma, como la comida lo es para el cuerpo. Jesús dijo, “…Yo soy el pan de vida, él que a mi viene, nunca tendrá hambre…” (Juan 6:35)
DirecciónCuándo usted recibió a Cristo como su salvador, el Espíritu Santo vino a morar en usted. Es la tercera persona de la Trinidad. Es como esa “vocecita” en su conciencia que le hace sentir pena y dolor por su pecado. Cuando usted peca o hace algo malo, la Biblia dice que el espíritu es "contristado” y le convence de pecado, pero cuando todo está correcto, trae paz. El es también su maestro, para guiarle a toda verdad y ayudarle a entender la Biblia. Aquí están algunos versículos para ayudarle: Salmos 23:2, 31:3 y 139:7-10.

3 Cosas que Usted Debe Hacer
  • Lea su Biblia diariamente. Esta es la manera cómo Dios habla con usted.
  • Ore todos los días. Esto es hablar con Dios.
  • Busque una buena iglesia donde se enseñe la Biblia y se predique la salvación. La iglesia es el lugar donde usted se reúne con otros cristianos para confraternizar y animarse en su nueva vida en Jesucristo.

lunes, 17 de diciembre de 2012


Nos acostumbramos

Nos acostumbramos a vivir en nuestra casa y a no tener otra vista que no sean las ventanas de los edificios que nos rodean. Y como estamos acostumbrados a no ver más que ventanas y edificios, nos acostumbramos a no mirar hacia afuera.
Como no miramos hacia afuera, nos acostumbramos a no abrir del todo las cortinas. Al no abrir completamente las cortinas nos acostumbramos a encender la luz antes. Nos acostumbramos tanto, que olvidamos el sol, olvidamos el aire, olvidamos el paisaje.
Nos acostumbramos a despertar sobresaltados porque se nos hizo tarde. A tomar rápido el desayuno porque llegamos tarde. A comer un sándwich porque no tenemos tiempo para comer a gusto. A salir del trabajo cuando ya anocheció. A cenar rápido y dormir con el estómago pesado sin haber vivido el día, porque tenemos que ir a trabajar temprano. 

Nos acostumbramos a esperar un “no puedo" en el teléfono. A sonreír sin recibir una sonrisa de vuelta. A ser ignorados cuando necesitamos ser vistos. Si el trabajo resulta duro, nos consolamos pensando en el fin de semana. Y cuando llega el fin de semana, nos aburrimos y deseamos que llegue el lunes para ir a trabajar.

Nos acostumbramos tanto a este estilo de vida, que parece que estamos ahorrando vida por miedo a gastarla, y  al final, nos olvidamos de vivir. 

 “Acuérdate de tu Creador ahora que eres joven. Acuérdate de tu creador antes que vengan los días malos. Llegará el día en que digas: “No da gusto vivir tantos años” Eclesiastés 12:1  

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